> Escrituras sobre nuestro Padre Eterno

Génesis 14:18 Entonces Melquisedec, rey de Salem, el cual era sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino,

19 y le bendijo, diciendo, Bendito sea Abram del Dios Altísimo, poseedor de los cielos y de la tierra;

20 y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó a tus enemigo en tus manos. Y le dio Abram los diezmos de todo.


Génesis 18:13 Entonces Jehová dijo a Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara, diciendo: Será cierto que he de dar a luz siendo ya vieja?

14 ¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, según el tiempo de la vida, y Sara tendrá un hijo.


Números 16:22 Y ellos se postraron sobre sus rostros y dijeron: Dios, Dios de los espíritus de toda carne, ¿no es un solo hombre el que pecó, y te enojarás contra toda la congregación?


Números 27:15 Entonces respondió Moisés a Jehová, diciendo:

16 Ponga Jehová, Dios de los espíritus de toda carne, un hombre sobre la congregación,


Salmo 82:6 Yo dije: Vosotros sois dioses, y todos vosotros hijos del Altísmo.


Salmo 139:7 ¿Adónde me iré de tu espíritu? ¿Y adónde huiré de tu presencia?

8 Si subo a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hago mi lecho, he aquí, allí estás tú.

9 Si tomo las alas del alba y habito en el extremo del mar,

10 aun allí me guiará tu mano y me asirá tu diestra.

11 Si digo: Ciertamente las tinieblas me encubrirán, aun la noche resplandecerá alrededor de mí.

12 Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día; lo mismo to son las tinieblas que la luz.


Malaquías 2:10 ¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué actuamos pérfidamente, cada uno con su hermano, profanando el convenio de nuestros padres?


Mateo 3:16 Y Jesús, después que fue bautizado, subió inmediatamente del agua; y he aquí, los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma y se posaba sobre él.

17 Y he aquí, una voz de los cielos que decía: Este es mi Hijo amado, en quien me complazco.


Mateo 5:8 Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.


Mateo 5:16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.


Mateo 5:48 Sed, pues, vosotros perfectos, así como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.


Mateo 6:5 Y cuando ores, no seas como los hipócritas, porque a ellos les gusta el orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles para ser vistos por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.

6 Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada tu puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en los secreto, te recompensará en público.

7 Y al orar, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.

8 No os hagáis, pues, semejantes a ellos, porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad antes que vosotros le pidáis.

9 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.


Mateo 6:14 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre Celestial.

15 Pero si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.


Mateo 6:26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni sigan ni juntan en alfolíes; y vuestro Padre Celestial las alimenta. ¿No sois vosotros mucho mejores que ellas?


Mateo 6:31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos o con qué nos cubriremos?

32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas, pero vuestro Padre Celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.


Mateo 7:21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.


Mateo 10:32 A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.

33 Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.


Mateo 11:25 En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas de los sabios y de los entrendidos, y las has revelado a los niños.

26 Sí, Padre, porque así te agradó.

27 Todas las cosas me son entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre; ni nadie conoce al Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.


Mateo 12:49 Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos.

50 Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, y hermana y madre.


Mateo 16:15 Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?

16 Respondió Simón Pedro y dijo: ¡Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente!

17 Entonces, respondiendo Jesús, le dijo: Bienaventurado ere, Simón hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.


Mateo 17:1 Y después de seis días tomó consigo a Pedro, y a Jacobo y a Juan, su hermano, y los llevó aparte a un monte alto;

2 y se transfiguró delante de ellos; y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz.

3 Y he aquí se les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él.

4 Y respondiendo Pedro, dijo a Jesús: Señor, bueno es que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, una para Moisés y otra para Elías.

5 Y mientras él aún hablaba, he aquí una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; a él oíd.

6 Y al oír esto, los discípulos se postraron sobre sus rostros y temieron en gran manera.


Mateo 18:35 Así también hará con vosotros mi Padre Celestial, si no perdona de corazón cada uno a su hermano sus ofensas.


Mateo 20:20 Entonces se acercó a él la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrándose ante él y pidiéndole algo.

21 Y él le dijo: ¿Qué quieres? Ella le dijo: Ordena que se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, en tu reino.

22 Entonces Jesús, respondiendo, dijo: No sabéis lo que pedís: ¿Podéis beber del vaso que yo he de beber y ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? Y ellos le dijeron: Podemos.

23 Y él les dijo: A la verdad de mi vaso beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados; pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda no es mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado por mi Padre.


Mateo 23:9 Y no llaméis a nadie en la tierra vuestro padre, porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos.


Mateo 24:36 Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino solo mi Padre.

37 Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.

38 Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en casamiento, hasta el día en que Noé entró el el arca,

39 y no comprendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.


Mateo 26:37 Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera.

38 Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo.

39 Y yéndose un poco más adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.


P>Mateo 28:19 Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;

Marcos 11:25 Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.

26 Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.


Marcos 13:32 Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.


Marcos 15:34 Y a la hora novena, exclamó Jesús a gran voz, diciendo: ¡Eloi, Eloi! ¿lama sabactani?, que interpretado quiere decir: ¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has desamparado?


Lucas 2:48 Y cuando le vieron, se maravillaron; y su madre le dijo: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscando con angustia.

49 Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los asuntos de mi Padre me es necesario estar?


Lucas 6:36 Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.


Lucas 11:2 Y él les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.


Lucas 11:11 ¿Y qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente?

12 O, si le pide un huevo, ¿le dará un escorpión?

13 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre Celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?


Lucas 22:41 Y él se apartó de ellos a una distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró,

42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.


Lucas 23:34 Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes.


Lucas 23:46 Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró.

47 Y cuando el centurión vio lo que había acontecido, dio gloria a Dios, diciendo: Verdaderamente este hombre era justo.


Lucas 24:49 Y he aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; mas vosotros quedaos en la ciudad de Jerusalén hasta que seáis investidos con poder de lo alto.


Juan 2:14 Y halló en el templo a los que vendían bueyes, y ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados.

15 Y, haciendo un azote de cuerdas, los echó a todos del templo, con las ovejas y los bueyes; y desparramó las monedas de los cambistas y volcó las mesas.

16 Y dijo a los que vendían las palomas: ¡Quitad esto de aquí y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado!


Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna.

17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.


Juan 3:35 El Padre ama al Hijo y ha puesto todas las cosas en sus manos.


Juan 5:17 Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.

18 Entonces, por esto los judíos aún más procuraban matarle, porque no solo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios.

19 Respondió entonces Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por si mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, esto también lo hace el Hijo de igual manera.

Juan 5:20 Porque el Padre ama al Hijo y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis.

21 Porque como el Padre levanta a los muertos y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida.

22 Porque el Padre a nadie juzga, sino que ha dado todo el juicio al Hijo,

23 para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que le envió.


Juan 5:26 Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también dio al Hijo el tener vida en sí mismo;

27 y también le dio poder para hacer juicio, pro cuanto es el Hijo del Hombre.


Juan 5:30 No puedo yo hacer nada por mí mismo; como oigo, jurgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del Padre, que me envió.


Juan 5:36 Pero yo tengo un testimonio mayor que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio para que las cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado.

37 Y el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto

38 ni tenéis su palabra permaneciendo en vosotros, porque al que él envió, a este vosotros no creéis.


Juan 5:43 Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ese recibiréis.


Juan 6:37 Todo lo que el Padre me da vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echaré fuera.

38 Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.

39 Y esta es la voluntad del Padre que me envió: Que todo lo que me ha dado no lo pierda, sino que lo resucite en el día postrero.


Juan 8:16 Y si yo juzgo, mi juicio es verdadero, porque no soy yo solo, sino yo y el Padre que me envió.

17 Y en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero.

18 Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí.


Juan 8:26 Muchas cosas tengo que decir y juzgar de vosotros, pero el que me envió es verdadero; y yo, lo que he oído de él, esto hablo al mundo.

27 Pero no entendieron que él les hablaba del Padre.

28 Les dijo, pues, Jesús: Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces sabréis que yo soy, y que nada hago por mí mismo, sino que, como el Padre me enseñó, así hablo.

29 Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que aé le agrada.


Juan 8:54 Respondió Jesús: Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria no es nada; mi Padre es el que me glorifica, el que vosotros decís que es vuestro Dios.


Juan 10:15 así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.

16 También tengo otras ovejas que no son de este redil; a aquellas también debo traer, y oirán mi voz, y habrá un rebaño y un pastor.

17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.

18 Nadie me la quita, sino que yo la pongo de mí mismo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.


Juan 10:25 Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí.


Juan 10:29 Mi Padre que me las dio es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.

30 Yo y el Padre uno somos.


Juan 12:26 Si alguno me sirve, sígame; y donde yo esté, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirve, mi Padre le honrará.

27 Ahora está turbada mi alma, ¿y qué diré: Padre, sálvame de esta hora? Pero para esto he allegado a esta hora.

Juan 12:28 Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Ya lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez.

29 Y la gente que estaba presente, y que la había oído, decía que había sido un trueno. Otros decían: Un ángel le ha hablado.

30 Respondió Jesús y dijo: No ha venido esta voz por causa mía, sino por causa de vosotros.


Juan 12:49 Porque yo no he hablado por mí mismo, sino que el Padre que me envió, él me ha dado mandamiento de lo que he de decir y de lo que he de hablar.

50 Y sé que su mandamiento es vida eterna; así que, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.


Juan 14:2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; de otra manera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.


Juan 14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.

7 Si me conocierais, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis y le habéis visto.

8 Felipe le dijo: Señor, muéstranos al Padre, y nos basta.

9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dice tú: Muéstranos al Padre? Juan 14:10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mí mismo, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.

11 Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.

12 De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago él también las hará; y aun mayores que estas hará, porque yo voy al Padre.


Juan 14:20 En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.
Juan 14:28 Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vuelvo a vosotros. Si me amarais, ciertamente os regocijarías, porque he dicho que voy al Padre, porque el Padre mayor es que yo.
Juan 15:1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
Juan 15:15 Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre os las he dado a conocer.

16 No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.


Juan 15:23 El que me aborrece también a mi Padre aborrece.

24 Si no hubiese hecho entre ellos obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora las han visto, y me han aborrecido a mí y a mi Padre.


Juan 16:2 Os expulsarán de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate pensará que rinde servicio a Dios.

3 Y os harán esto porque no han conocido ni al Padre ni a mí.


Juan 16:15 Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío y os lo hará saber.

16 Un poquito más, y no me veréis; y de nuevo un poquito, y me veréis, porque yo voy al Padre.


Juan 16:23 Y en aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo que todo cuanto pidáis al Padre en mi nombre, os lo dará.
Juan 16:28 Salí del Padre y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo y voy al Padre.
Juan 16:32 He aquí, la hora viene, y ha venido ya, en que seréis esparcido cada uno a lo suyo y me dejaréis solo; pero no estoy solo, porque el Padre está conmigo.

Juan 17:21 para que todos sean uno, como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.

22 Y la gloria que me diste les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.

23 Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfeccionados en uno, para que el mundo conozca que tú me enviaste y que los has amado a ellos, como también a mí me has amado.


Juan 20:17 Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; pero ve a mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.


Juan 20:20 Y cuando hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron al ver al Señor.

21 Entonces Jesús les dijo otra vez: ¡Paz a vosotros! Como me envió el Padre, así también yo os envío.


Hechos 7:54 Y oyendo estas cosas, se enfurecían sus corazones y crujían los dientes contra él.

55 Pero Estaban, estando lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios,

56 y dijo: ¡He aquí, veo los cielos abiertos y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios!


Hechos 17:27 para que buscasen a Dios, si en alguna manera, palpando, le hallasen; aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros.

28 Porque en él vivimos, y nos movemos y somos; como algunos de vuestros propios poetas también dijeron: Porque linaje suyo somos.

29 Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o a plata, o a piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres.


Romanos 8:14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios.

15 Porque no habéis recibido el espíritu de servidumbre para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!

16 Porque el Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios.

17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios, y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.


Romanos 15:6 para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.

7 Por tanto, aceptaos los unos a los otros, como también Cristo nos aceptó, para gloria de Dios.


1 Corintios 8:5 Porque aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores),

6 nosotros no tenemos más que un solo Dios, el Padre, de quien son todas las cosas, y nosotros de él; y un Señor, Jesucristo, por medio de quien son todas las cosas, y nosotros por medio de él.


Gálatas 4:5 para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.

6 Y por canto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!

7 Así que ya no eres más esclavo, sino hijo, y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.


Efesios 1:2 Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

3 Bendito sea el Dios Y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,

4 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor,

5 habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según la complacencia de su voluntad,

6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos ha favorecido en el Amado.


Efesios 2:18 porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.


Efesios 3:14 Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo,


Efesios 4:6 un Dios y Padre de todos, quien está sobre todos, y por todos y en todos vosotros.


Hebreos 12:9 Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban y los reverenciábamos, ¿por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?


Santiago 1:17 Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto, y desciende del Padre de las luces, en quien no hay cambio ni sobra de variación.


1 Juan 1:2 (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos y os anunciamos la vida eterna, que estaba con el Padre y se nos ha manifestado);

3 lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre y con su Hijo Jesucristo.


1 Juan 2:1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; pero si alguno ha pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo, el justo;


1 Juan 2:15 No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.

16 Porque todo lo que hay en el mundo, la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos y la soberbia de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.


1 Juan 3:1 ¡Mirad cuán gran amor nos ha dado el Padre para que seamos llamados hijos de Dios! Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.

2 Muy amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él aparezca, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.

3 Y todo aquel que tiene esta esperanza en él se purifica, así como él es.


1 Juan 4:14 Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo para ser el Salvador del mundo.


1 Juan 5:7 Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno.

8 Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan en uno.

9 Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios; porque este es el testimonio de Dios: que él ha tesificado de su Hijo.

10 El que cree en el Hijo de Dios tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado de su Hijo.

11 Y este es el testimonio: Que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo.

12 El que tiene al Hijo tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.


2 Juan 1:9 Todo el que se desvía y no persevera en la doctrina de Cristo no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ese sí tiene al Padre y al Hijo.


Apocalipsis 3:5 El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles.


1 Nefi 11:21 Y el ángel me dijo: ¡He aquí, el Cordero de Dios, sí, el Hijo del Padre Eterno! ¿Comprendes el significado del árbol que tu padre vio?


2 Nefi 2:24 Pero he aquí, todas las cosas han sido hechas según la sabiduría de aquel que todo lo sabe.


2 Nefi 31:21 Y ahora bien, amados hermanos míos, esta es la senda; y no hay otro camino, ni nombre dado debajo del cielo por el cual el hombre pueda salvarse en el reino de Dios. Y ahora bien, he aquí, esta es la doctrina de Cristo, y la única y verdadera doctrina del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, que son un Dios, sin fin. Amén.


Mosíah 2:34 Os digo que no hay ninguno de entre vosotros, salvo vuestros niños pequeños que no han sido instruidos en cuanto a estas cosas, que no sepa que estáis eternamente en deuda con vuestro Padre Celestial de entregarle todo lo que tenéis y sois; y además que no haya sido instruido concerniente a los anales que contienen las profecías que han sido declaradas por los santos profetas, aun hasta la época en que nuestro padre Lehi salió de Jerusalén;


Alma 11:44 Pues bien, esta restauración vendrá sobre todos, tanto viejos como jóvenes, esclavos así como libres, varones así como mujeres, malvados así como justos; y no se perderá ni un solo pelo de su cabeza, sino que todo será restablecido a su perfecta forma, o en el cuerpo, cual se encuentra ahora, y serán llevados a comparecer ante el tribunal de Cristo el Hijo, y Dios el Padre, y el Santo Espíritu, que son un Eterno Dios, para ser juzgados según sus obras, sean buenas o malas.


Alma 26:35 Ahora bien, ¿no tenemos razón para regocijarnos? Sí, os digo que desde el principio del mundo no ha habido hombres que tuviesen tan grande razón para regocijarse como nosotros la tenemos; sí, y mi gozo se desborda, hasta el grado de gloriarme en mi Dios; prque él tiene todo poder, toda sabiduría y todo entendimiento; él comprende todas las cosas, y es un Ser misericordioso, aun hasta la salvación, para con aquellos que quieran arrepentirse y creer en su nombre.


3 Nefi 11:2 Y también estaban conversando acerca de este Jesucristo, de quien se había dado la señal tocante a su muerte.

3 Y aconteció que mientras así conversaban, unos con otros, oyeron una voz como si viniera del cielo; y miraron alrededor, porque no entendieron la voz que oyeron; y no era una voz áspera ni una voz fuerte; no obstante, y a pesar de ser una voz suave, penetró hasta lo más profundo de los que la oyeron, del tal modo que no hubo parte de su cuerpo que no hiciera estremecer; sí, les penetró hasta el alma misma, e hizo arder sus corazones.

4 Y sucedió que de nuevo oyeron la voz, y no la entendieron.

5 Y nuevamente por tercera vez oyeron la voz, y aguzaron el oído para escucharla; y tenían la vista fija en dirección del sonido; y miraban atentamente hacia el cielo, de donde venía el sonido.

6 Y he aquí, la tercera vez entendieron la voz que oyeron; y les dijo:

7 He aquí a mi Hijo Amado, en quien me complazco, en quien he glorificado mi nombre: a él oíd.


3 Nefi 11:25 Habiéndoseme dado autoridad de Jesucristo, yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

26 Y entonces los sumergiréis en el agua, y saldréis del agua.

27 Y según esta manera bautizaréis en mi nombre, porque he aquí, de cierto os digo que el Padre, y el Hijo, y el Espíritu Santo son uno; y yo soy en el Padre, y el Padre en mí, y el Padre y yo somo uno.


3 Nefi 11:35 De cierto, de cierto os digo que esta es mi doctrina, y del Padre yo doy testimonio de ella; y quien en mí cree, también cree en el Padre; y el Padre le testificará a él de mí, porque lo visitará con fuego y con el Espíritu Santo.

3 Nefi 11:36 Y así dará el Padre testimonio de mí, y el Espíritu Santo le dará testimonio del Padre y de mí, porque el Padre, y yo, y el Espíritu Santo somos uno.


3 Nefi 12:8 Y bienaventurados son todos los de corazón puro, porque ellos verán a Dios.


3 Nefi 13:5 Y cuando ores, no seas como los hipócritas, porque les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres. En verdad os digo que ya tienen su recompensa.

6 Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público.

7 Y al orar, no uséis vanas repeticiones, como los paganos; pues ellos creen que por su mucha parlería serán oídos.

8 No seáis, por tanto, como ellos; porque vuestro Padre sabe las cosas que necesitáis antes que le pidáis.

9 De esta manera, pues, orad:Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.


3 Nefi 13:14 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre Celestial;

15 mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, vuestro Padre tampoco perdonará vuestras ofensas.


3 Nefi 13:26 Mirad las aves del cielo, pues no siembran, ni tampoco siegan, ni recogen en alfolíes; sin embargo, vuestro Padre Celestial las alimenta. ¿No sois vosotros mucho mejores que ellas?


3 Nefi 13:31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos o qué beberemos, o con qué nos hemos de vestir?

32 Porque vuestro Padre Celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.


3 Nefi 14:21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos; sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.


3 Nefi 18:26 Y sucedió que cuando Jesús hubo hablado estas palabras, volvió de nuevo la vista a los discípulos que había escogido, y les dijo:

27 He aquí, de cierto, de cierto os digo, os doy otro mandamiento, y luego debo ir a mi Padre para cumplir otros mandamientos que él me ha dado.


Mormón 7:7 Y él ha efectuado la redención del mundo, por lo cual a aquel que en el día del juicio sea hallado sin culpa ante él, le será concedido morar en la presencia de Dios, en su reino, para cantar alabanzas eternas con los coros celestes, al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, que son un Dios, en un estado de felicidad que no tiene fin.


Éter 12:8 Pero por motivo de la fe de los hombres, él se ha manifestado al mundo, y ha glorificado el nombre del Padre, y preparado un medio por el cual otros pueden ser partícipes del don celestial, para que tengan esperanza en las cosas que no han visto.


D&C 15:6 Y ahora bien, he aquí, te digo que lo que será de mayor valor para ti será declarar el arrepentimiento a este pueblo, a fin de que traigas almas a mí, para que con ellas reposes en el reino de mi Padre. Amén.


D&C 19:1 Yo soy el Alfa y la Omega, Cristo el Señor; sí, soy él, el principio y el fin, el Redentor del mundo.

2 Habiendo ejecutado y cumplido la voluntad de aquel de quien soy, a saber, el Padre, tocante a mí—habiéndolo hecho para sujetar a mí todas las cosas—

3 reteniendo todo poder, aun el de destruir a Satanás y sus obras al fin del mundo, y el último gran día del juicio que pronunciaré sobre los habitantes del mundo, juzgando a cada hombre de acuerdo con sus obras y las cosas que haya hecho.


D&C 20:17 Por estas cosas sabemos que hay un Dios en el cielo, infinito y eterno, de eternidad en eternidad el mismo Dios inmutable, el organizador de los cielos y de la tierra, y de todo cuanto en ellos hay;

18 y que creó al hombre, varón y hembra, según su propia imagen, y a su propia semejanza él los creó;


D&C 20:21 Por tanto, el Dios Omnipotente dio a su Hijo Unigénito, como está escrito en esas Escrituras que de él se han dado.

22 Sufrió tentaciones pero no hizo caso de ellas.

23 Fue crucificado, murió y resucitó al tercer día;

24 y ascendió al cielo, para sentarse a la diestra del Padre, para reinar con omnipotencia de acuerdo con la voluntad del Padre;


D&C 27:13 a quienes he encomendado las llaves de mi reino y una dispensación del evangelio para los últimos tiempos; y para el cumplimiento de los tiempos, en la cual juntaré en una todas las cosas, tanto las que están en el cielo, como las que están en la tierra;

14 y también con todos aquellos que mi Padre me ha dado de entre el mundo.


D&C 45:3 Escuchad al que es vuestro intercesor con el Padre, que aboga por vuestra causa ante él,

4 diciendo: Padre, ve los padecimientos y la muerte de aquel que no pecó, en quien te complaciste; ve la sangre de tu Hijo que fue derramada, la sangre de aquel que diste para que tú mismo fueses glorificado;

5 por tanto, Padre, perdona a estos mis hermanos que creen en mi nombre, para que vengan a mí y tengan vida sempiterna.


D&C 59:9 Y para que más íntegramente te conserves sin mancha del mundo, irás a la casa de oración y ofrecerás tus sacramentos en mi día santo;

10 porque, en verdad, este es un día que se te ha señalado para descansar de tus obras y rendir tus devociones al Altísimo;

11 sin embargo, tus votos se ofrecerán en rectitud todos los días y a todo tiempo;

12 pero recuerda que en este, el día del Señor, ofrecerás tus ofrendas y tus sacramentos al Altísimo, confesando tus pecados a tus hermanos, y ante el Señor.


D&C 63:32 Yo el Señor, estoy enojado con los inicuos; les niego mi Espíritu a los habitantes de la tierra.

33 He jurado en mi ira y he decretado guerras sobre la faz de la tierra, y los inicuos matarán a los inicuos, y el temor se apoderará de todo hombre;

34 y también los santos apenas escaparán; sin embargo, yo, el Señor, estoy con ellos, y descenderé en el cielo, de la presencia de mi Padre, y a los malvados los consumiré con fuego inextinguible.

35 Y he aquí, esto no es aún, sino ya pronto.


D&C 76:19 Y mientras meditábamos en estas cosas, el Señor tocó los ojos de nuestro entendimiento y fueron abiertos, y la gloria del Señor brilló alrededor.

20 Y vimos la gloria del Hijo, a la diestra del Padre, y recibimos de su plenitud;

21 y vimos a los santos ángeles y a los que son santificados delante de su trono, adorando a Dios y al Cordero, y lo adoran para siempre jamás.

22 Y ahora, después de los muchos testimonios que se han dado de él, este es el testimonio, el último de todos, que nosotros damos de él: ¡Que vive!

23 Porque lo vimos, sí, a la diestra de Dios; y oímos la voz testificar que él es el Unigénito del Padre;

24 que por el, por medio de él y de él los mundos son y fueron creados, y sus habitantes son engendrados hijos e hijas para Dios.


D&C 76:116 ni tampoco es el hombre capaz de darlos a conocer, porque solo se ven y se comprenden por el poder del Santo Espíritu que Dios confiere a los que lo aman y se purifican ante él;

117 a quienes concede este privilegio de ver y conocer pos sí mismos,

118 para que por el poder y la manifestación del Espíritu, mientras estén en la carne, puedan aguantar su presencia en el mundo de gloria.


D&C 84:61 porque yo os perdonaré vuestros pecados con este mandamiento: Que os conservéis firmes en vuestras mentes en solemnidad y en el espíritu de oración, en dar testimonio a todo el mundo del las cosas que os son comunicadas.

62 Id, pues, por todo el mundo; y a cualquier lugar a donde no podáis ir, enviad, para que de vosotros salga el testimonio a todo el mundo y a toda criatura.

63 Y como dije a mis apóstoles, así os digo a vosotros, porque sois mis apóstoles, sí, sumos sacerdotes de Dios: Vosotros sois los que mi Padre me ha dado; sois mis amigos;


D&C 84:82 Pues considerad los lirios del campo, cómo crecen; no trabajan ni hilan, y los reinos del mundo, con toda su gloria, no se visten como ninguno de ellos.

83 Porque vuestro Padre que está en los cielos sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.

84 Así que, dejad que el día de mañana se haga cargo de su propio afán.


D&C 88:41 Él comprende todas las cosas, y todas las cosas están delante de él, y todas las cosas están alrededor de él; y él está sobre todas las cosas, y en todas las cosas, y por en medio de todas las cosas, y circunda todas las cosas; y todas las cosas son por él, y del él, sí, Dios, para siempre jamás.


D&C 88:74 Y os doy a vosotros, que sois los primeros obreros en este último reino, el mandamiento de que os reunáis, y de que os organicéis, os preparéis y santifiquéis; sí, purificad vuestro corazón y limpiad vuestras manos y vuestros pies ante mí, para que yo os haga limpios;

75 a fin de que yo testifique a vuestro Padre, vuestro Dios y mi Dios, que sois limpios de la sangre de esta perversa generación; para que yo cumpla esta promesa, esta grande y última promesa que os he hecho, cuando sea mi voluntad.


D&C 93:1 De cierto, así dice el Señor: Acontecerá que toda alma que deseche sus pecados y venga a mí, invoque mi nombre, obedezca mi voz y guarde mis mandamientos, verá mi faz y sabrá que yo soy;

2 y que yo soy la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene al mundo;

D&C 93:3 y que soy en el Padre, y el Padre en mí, y el Padre y yo somos uno,

4 el Padre, porque me dio de su plenitud, y el Hijo, porque estuve en el mundo, e hice de la carne mi tabernáculo y habité entre los hijos de los hombres.

5 Estuve en el mundo y recibí de mi Padre, y sus obras plenamente se manifestaron.


D&C 93:15 Y yo, Juan, doy testimonio, y he aquí, los cielos fueron abiertos, y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma de paloma y reposó sobre él; y vino una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo Amado.

16 Y yo, Juan, testifico que recibió la plenitud de la gloria del Padre;

D&C 93:17 y recibió todo poder, tanto en el cielo como en la tierra, y la gloria del Padre fue con él, porque moró en él.

18 Y acontecerá que si sois fieles, recibiréis la plenitud del testimonio de Juan.

D&C 93:19 Os digo estas palabras para que comprendáis y sepáis cómo adorar, y sepáis qué adoráis, para que vengáis al Padre en mi nombre, y en el debido tiempo recibáis de su plenitud.

20 Porque si guardáis mis mandamientos, recibiréis de su plenitud y seréis glorificados en mí como yo lo soy en el Padre; por lo tanto, os digo, recibiréis gracia sobre gracia.

D&C 93:21 Y ahora, de cierto os digo, yo estuve en el principio con el Padre, y soy el Primogénito;

22 y todos los que por medio de mí son engendrados, son partícipes de esa gloria, y son la iglesia del Primogénito.

23 Vosotros también estuvisteis en el principio con el Padre; lo que es Espíritu, sí, el Espíritu de verdad;


D&C 123:6 para no solamente publicarlas al mundo entero, sino para presentarlas a los jefes del gobierno en todo su aspecto tenebroso e infernal como el último esfuerzo que nuestro Padre Celestial nos ha mandado hacer, antes que podamos reclamar plena y cabalmente el cumplimiento de esa promesa que lo llamará de su morada oculta; y también para que toda la nación quede sin excusa, antes que él descargue la fuerza de su brazo poderoso.


D&C 130:22 El Padre tiene un cuerpo de carne y huesos, tangible como el del hombre; así también el Hijo; pero el Espíritu Santo no tiene un cuerpo de carne y huesos, sino es un personaje de Espíritu. De no ser así, el Espíritu Santo no podría morar en nosotros.


D&C 137:3 también vi el refulgente trono de Dios, sobre el cual se hallaban sentados el Padre y el Hijo.


D&C 138:14 Todos estos habían partido de la vida terrenal, firmes en la esperanza de una gloriosa resurrección mediante la gracia de Dios el Padre y de su Hijo Unigénito, Jesucristo.


Moisés 4:2 Pero, he aquí, mi Hijo Amado, que fue mi Amado y mi Escogido desde el principio, me dijo: Padre, hágase tu voluntad, y sea tuya la gloria para siempre.


Moisés 4:14 Y oyeron la voz de Dios el Señor, mientras se paseaban en el jardín al fresco del día, y Adán y su esposa fueron a esconderse de la presencia de Dios el Señor entre los árboles del jardín.

15 Y yo, Dios el Señor, llamé a Adán, y le dije: ¿A dónde vas?

16 Y él respondió: Oí tu voz en el jardín y tuve miedo, porque vi que estaba desnudo, y me escondí.

17 Y yo, Dios el Señor, dije a Adán: ¿Quién te ha dicho que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del cual te mandé no comer, pues de hacerlo de cierto moriría?

18 Y el hombre dijo: La mujer que tú me diste, y mandaste que permaneciese conmigo, me dio del fruto del árbol, y yo comí.

19 Y yo, Dios el Señor, dije a la mujer: ¿Qué es esto que has hecho? Y la mujer respondió: La serpiente me engañó, y yo comí.

20 Y a la serpiente, yo, Dios el Señor, dije: Por cuanto has hecho esto, maldita serás sobre todo el ganado y sobre toda bestia del campo. Sobre tu vientre te arrastrarás y polvo comerás todos los días de tu vida;

21 y pondré enemistad entre tú y la mujer, entre tu simiente y la de ella; y él te herirá la cabeza, y tú le herirás el calcañar.

22 A la mujer, yo, Dios el Señor dije: Multiplicaré en gran manera tus dolores en tus preñeces. Con dolor darás a luz los hijos, y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti;

23 y a Adán, yo, Dios el Señor, dije: Por haber escuchado la voz de tu esposa y comido del fruto del árbol del cual te mandé, diciendo: No comerás de él, maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.

24 Espinas también, y cardos te producirá, y comerás la hierba del campo.

25 Col el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra—pues de cierto morirás— porque de ella fuiste tomado: pues polvo eras, y al polvo has de volver.

26 Y Adán llamó Eva a su esposa, por cuanto ella fue la madre de todos los vivientes; porque así yo, Dios el Señor, he llamado a la primera de todas las mujeres, que son muchas.

27 Y yo, Dios el Señor, hice túnicas de pieles para Adán y también para su esposa, y los vestí.

28 Y yo, Dios el Señor, dije a mi Unigénito: He aquí, el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros, conociendo el bien y el mal; y ahora, no sea que extienda su mano y tome también del árbol de la vida, y coma y viva para siempre,

29 por tanto, yo, Dios el Señor, lo sacaré del Jardín de Edén para que labre la tierra de la cual fue tomado;

30 porque vivo yo, dice Dios el Señor, que no se han de frustrar mis palabras, pues tal como salen de mi boca tendrán que ser cumplidas.

31 De modo que expulsé al hombre, y coloqué al oriente del Jardín de Edén querubines y una espada encendida, la cual daba vueltas por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.


Moisés 6:57 Enséñalo,pues, a tus hijos, que es preciso que todos los hombres, en todas partes, se arrepientan, o de ninguna manera heredarán el reino de Dios, porque ninguna cosa inmunda puede morar allí, ni morar en su presencia; porque en el lenguaje de Adán, su nombre es Hombre de Santidad, y el nombre de su Unigénito es el Hijo del Hombre, sí, Jesucristo, un justo Juez que vendrá en el meridiano de los tiempos.


Abraham 3:19 Y el Señor me dijo: Estos dos hechos existen: Hay dos espíritus, y uno es más inteligente que el otro; harbrá otro más inteligente que ellos; yo soy el Señor tu Dios, soy más inteligente que todos ellos.


Abraham 3:27 Y el Señor dijo: ¿A quién enviaré? Y respondió uno semejante al Hijo del Hombre: Heme aquí; envíame. Y otro contestó, y dijo: Heme aquí; envíame a mí. Y el Señor dijo: Enviaré al primero.

28 Y el segundo se llenó de ira, y no guardó su primer estado; y muchos lo siguieron ese día.


José Smith—Mateo 1:40 Pero de aquel día y hora, nadie sabe; no, ni los ángeles de Dios en el cielo, sino mi Pare únicamente.

41 Pero como fue en los días de Noé, así también será en la venida del Hijo del Hombre;

42 porque con ellos será como fue en los días antes del diluvio; porque hasta el día en que Noé entró en el arca, estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento;

43 y no supieron hasta que llegó el diluvio y se los llevó a todos; así también será la venida del Hijo del Hombre.


José Smith—Historia 1:16 Mas esforzándome con todo mi aliento por pedirle a Dios que me librara del poder de este enemigo que se había apoderado de mí, y en el momento en que estaba para hundirme en la desesperación y entregarme a la destrucción—no a una ruina imaginaria, sino al poder de un ser efectivo del mundo invisible que ejercía una fuerza tan asombrosa como yo nunca había sentido en ningún otro ser—precisamente en este momento de tan grande alarma vi una columna de luz, más brillante que el sol, directamente arriba de mi cabeza; y esta luz gradualmente descendió hasta descansar sobre mí.

17 No bien se apareció, me sentí libre del enemigo que me había sujetado. Al reposar sobre mí la luz, vi en el aire arriba de mí a dos Personajes, cuyo fulgor y gloria no admiten descripción. Uno del ellos me habló, llamándome por mi nombre, y dijo, señalando al otro: Este es mi Hijo Amado: ¡Escúchalo!


José Smith—Historia 1:73 Inmediatamente después de salir del agua, tras haber sido bautizados, sentimos grandes y gloriosas bendiciones de nuestro Padre Celestial. No bien hube bautizado a Oliver Cowdery, cuando el Espíritu Santo descendió sobre él, y se puso de pie y profetizó muchas cosas que babéan de acontecer en breve. Igualmente, en cuanto él me hubo bautizado, recibí también el espíritu de profecía y, poniéndome de pie, profeticé concerniente al desarrollo de esta Iglesia, y muchas otras cosas que se relacionaban con ella y con esta generación de los hijos de los hombres. Fuimos lleno del Espíritu Santo, y nos regocijamos en el Dios de nuestra salvación.


Artículo de Fe 1:1 Nosotros creemos en Dios el Eterno Padre, y en su Hijo Jesucristo, y en el Espíritu Santo.